El Camino del Atlántico nos brinda una experiencia única a lo largo de la impresionante costa gallega, donde la historia, la naturaleza y la gastronomía se fusionan para ofrecer un recorrido inigualable hacia Santiago de Compostela. A través de cada etapa de esta ruta costera, descubrimos paisajes sobrecogedores, villas marineras de gran tradición y monumentos históricos que enriquecen cada paso del peregrino.
Inicio del Camino del Atlántico en A Guarda: el punto de partida perfecto
Comenzamos nuestro trayecto en A Guarda, enclave estratégico junto al Monte Santa Trega, que ofrece panorámicas privilegiadas del Océano Atlántico y el estuario del Miño. Recorremos su casco antiguo, visitamos los restos del castro celta y nos preparamos para una travesía que combina belleza paisajística y un valioso patrimonio cultural. Aquí es imprescindible degustar la langosta, producto estrella de su cocina marinera.
Monasterio de Santa María de Oia: historia junto al mar
En nuestra segunda etapa llegamos a Oia, donde el impresionante Monasterio de Santa María se alza frente al Atlántico. Fundado en el siglo XII, este enclave benedictino custodia siglos de historia entre sus muros y ofrece un entorno privilegiado donde el sonido del mar acompaña nuestra caminata. Recorremos los alrededores y contemplamos los acantilados que dotan de carácter a esta parte del camino.
Baiona: donde historia y modernidad se dan la mano
Seguimos hacia Baiona, villa histórica conocida por haber recibido la primera noticia del descubrimiento de América gracias a la llegada de la carabela La Pinta. En su paseo marítimo disfrutamos de vistas a las Islas Cíes y visitamos el Parador de Monterreal, una fortaleza medieval convertida en alojamiento de lujo. Aquí la gastronomía cobra protagonismo con los pescados frescos y los caldos de la región.
Vigo y su vibrante ambiente costero
Nuestra ruta por el Camino del Atlántico continúa en Vigo, la ciudad más grande de Galicia. Aquí nos sumergimos en un ambiente portuario lleno de vida, con calles que combinan tradición marinera y modernidad. Nos acercamos al Casco Vello, degustamos ostras frescas en la Calle de las Ostras y contemplamos la ría desde el Monte O Castro, punto estratégico para fotografiar la ciudad y su entorno natural.
Redondela y los viaductos del Camino del Atlántico
Dejando atrás Vigo, entramos en Redondela, conocida por sus imponentes viaductos ferroviarios que atraviesan el cielo de la villa. Paseamos por su centro histórico, donde nos encontramos con numerosas referencias al Camino de Santiago y plazas llenas de encanto. En sus taperías disfrutamos de productos locales como empanadas artesanales y mejillones frescos.
Pontevedra: joya monumental en plena ruta jacobea
Llegamos a Pontevedra, ciudad que sorprende por su cuidado casco histórico y su ambiente acogedor. Recorremos la Plaza de la Leña, la Iglesia de la Peregrina y el mercado de abastos, donde podemos adquirir productos frescos de la ría. Pontevedra es un lugar ideal para descansar antes de afrontar los últimos kilómetros del Camino del Atlántico, gracias a su oferta de alojamientos y su gastronomía local basada en mariscos y vinos albariños.
Caldas de Reis y sus aguas termales
Continuamos hacia Caldas de Reis, villa termal famosa por sus manantiales de aguas calientes con propiedades terapéuticas. Aquí aprovechamos para relajar nuestros músculos en sus baños públicos, mientras disfrutamos del ambiente tranquilo que caracteriza a esta etapa. Su gastronomía destaca por platos caseros como el lacón con grelos y las filloas.
Padrón: cuna de escritores y sabores legendarios
Antes de llegar a Santiago, hacemos parada en Padrón, tierra de Rosalía de Castro y Camilo José Cela. En sus calles se respira literatura, y en sus mesas se degustan los famosos pimientos de Padrón, que acompañamos con carnes a la brasa y pan gallego. Visitamos la iglesia de Santiago de Padrón y el mercado dominical, ideal para probar productos de la comarca.
Llegada a Santiago de Compostela: final del Camino del Atlántico
Nuestro recorrido culmina en Santiago de Compostela, donde la majestuosa Catedral nos recibe en la Plaza del Obradoiro. Aquí finaliza nuestra travesía por el Camino del Atlántico, tras haber recorrido cerca de 170 kilómetros repletos de paisajes inolvidables, pueblos con encanto y experiencias gastronómicas únicas. Visitamos el Pórtico de la Gloria, participamos en la misa del peregrino y disfrutamos del ambiente único de la ciudad, que acoge a miles de caminantes de todo el mundo.
Consejos prácticos para recorrer el Camino del Atlántico
- Duración media: entre 7 y 10 días, según el ritmo del peregrino.
- Mejor época: primavera y principios de otoño, cuando el clima es suave y hay menos aglomeraciones.
- Alojamiento: recomendamos reservar con antelación, especialmente en los meses de verano.
- Equipamiento esencial: calzado cómodo e impermeable, protección solar, ropa ligera pero con opciones para lluvia y temperaturas variables.
- Gastronomía: priorizar los productos locales, desde los mariscos frescos hasta los vinos denominación de origen Rías Baixas.
Por qué elegir el Camino del Atlántico para llegar a Santiago
El Camino del Atlántico ofrece una alternativa espectacular al tradicional Camino Francés o al Camino Portugués. Su cercanía constante al mar, su patrimonio histórico singular y su oferta gastronómica excepcional lo convierten en una ruta imprescindible para los amantes del senderismo y la cultura. Nosotros elegimos esta ruta para disfrutar de la Galicia más auténtica, donde cada etapa nos regala un motivo más para continuar caminando.
En cada kilómetro del Camino del Atlántico, descubrimos una Galicia diferente, llena de vida, sabores y paisajes imposibles de olvidar. Esta ruta nos demuestra que el viaje es tan importante como la llegada, y que recorrerla es adentrarse en el alma misma del Camino de Santiago.

